El Congreso de la Unión arriba al último
periodo ordinario de sesiones sin el 25% de los legisladores titulares electos,
aunado a la ausencia de figuras líderes de ciertas negociaciones y como es
costumbre, con una agenda legislativa apretadísima.
Debemos de tildar al último periodo de la LXI Legislatura , como el auge
de los suplentes. Pasemos a los números.
De los 500 diputados electos en el 2009,
126 ya se fueron o están por solicitar licencia para contender por otro cargo
de elección. Y 36 de los 128 senadores, se hallan en igualdad de
circunstancias.
El Poder Legislativo iniciará el primero
de febrero con las bancadas mermadas, el último periodo de sesiones; esto es,
sin ciertas figuras políticas impulsadas por sus partidos en el 2006 y 2009, y
sobre todo con temas prioritarios en la congeladora.
En el último trienio, más de un centenar de diputados pidieron licencia para buscar otro cargo público, de ellos 48 no volvieron. En el presente proceso electoral, se han contabilizado 78 interesados en dar el salto a una senaduría, a un congreso local, a una alcaldía e incluso gobernatura. De los cuales, 31 ya solicitaron licencia y el resto lo estarían haciendo próximamente.
En apego al Código Federal de
Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), el 2 de abril vence el
plazo para separarse de cualquier cargo público si es que se pretende
participar como candidato en los comicios programados en julio. No obstante,
los procesos internos partidistas, constriñen a los legisladores a separarse
antes del tercer mes.
En la cámara alta, por ejemplo, el porcentaje de ausencias por licencia es mayor que en la cámara baja: sobrepasa los 45 puntos porcentuales. Desde su elección hace casi un sexenio, 60 propietarios han solicitado licencia para separarse de su curul, ya sea para buscar ser gobernador, ocupar un cargo federal o alguna asignación de su partido; 19 no regresaron.
Hasta ahora, 17 senadores han manifestado
sus intenciones de contender en las elecciones del primero de julio. 6 ya
tienen su licencia y 11 lo harán en fecha próxima.
A mitad de la semana anterior, la Comisión Permanente
aprobó en bloque 25 licencias priístas. Destacan, Beatriz Paredes Rangel, quien
competirá por la Jefatura
del DF; David Penchyna y Claudia Ruiz Massieu, que quieren ser senadores. A
ellos habrá que sumarle a Luis Videgaray, quien coordinó la campaña de Eruviel
Ávila en el Estado de México, y ahora coordina la de Peña Nieto en pos de la Presidencia de la República.
En el PAN, el caso más evidente es de quien
fuera coordinadora de la bancada, Josefina Vázquez Mota, quien solicitó desde
septiembre pasado licencia para competir en busca de la Presidencia.
En el PRD, destaca el caso de Alejandro
Encinas, quien ya había dejado su escaño para buscar la gobernatura del Estado
de México, y actualmente busca un espacio en el Senado.
En contraste, en el Senado, la mayoría de los líderes continuarán hasta el final de la legislatura, aunque varios de ellos, más obligados que convencidos. Por ejemplo, Manlio Fabio Beltrones (PRI) y Carlos Navarrete (PRD), quienes buscaron, respectivamente, la candidatura de su partido a las elecciones presidenciales y la candidatura para Jefe de Gobierno del DF.
La labor en el Congreso
Ahora bien, si medimos la labor
legislativa por el número de iniciativas presentadas y revisadas, llegamos,
fíjese nada más, en un extraordinario retraso.
Según el Sistema de Información Legislativa de
Entre los pendientes de los diputados
tenemos la Ley de
Seguridad Nacional, que les fue turnada para su revisión y posible aprobación
desde el primer periodo de sesiones de la saliente Legislatura. A pesar de
foros con especialistas y debates abiertos a la opinión pública. Por
consiguiente, la incursión de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la delincuencia
sigue sin regularse por la ausencia de esta ley.
Otro pendiente es la Ley de Víctimas para las
personas afectadas por algún delito o violación a sus derechos humanos, que
permita definir el alcance del Sistema Nacional de Atención a Víctimas.
Asimismo, la reforma a la Ley
de Amparo, enviada por el Senado el 13 de octubre de 2011, se suma a los
pendientes por revisar, así como la reforma laboral estancada por falta de
consensos.
Pero no todo es negativo, verbigracia, se logró la aprobación de
En el Senado, las cifras son igual de paupérrimas. Se acumularon 1 350 iniciativas, sólo se aprobaron 45, 366 se rechazaron y 938 están a la espera.
La reforma política se les volvió a acumular en la pila de pendientes del Senado, luego de que los diputados la “rasuraran” y se las regresaran al final del periodo anterior. Así mismo, deben de hacer la revisión a la modificación que los diputados hicieron al 24 constitucional, concerniente a la libertad de cultos.
Paradigmas
En la presente legislatura, el panista
Roberto Gil Zuarth, resulta peculiarmente interesante. Tomó protesta el 29 de
agosto de 2009 y medio año después, pidió licencia para responsabilizarse de
una subsecretaría en Gobernación, cargo que ocupó por otros seis meses. En
noviembre de 2010, vuelve a irse en pos de la dirigencia nacional de su
partido. Al resultar triunfador Gustavo Madero, no regresó a la Cámara , sino que fue
nombrado secretario del Jefe del Ejecutivo, cargo que deja en diciembre pasado.
Tampoco regresó a su escaño, pues actualmente coordina la precampaña de
Josefina Vázquez Mota y busca ser postulado a una senaduría.
Otro caso es la de la senadora Beatriz
Zavala Peniche, quien a días de tomar protesta, parte a la Sedesol en el gabinete de
Calderón, donde permanece hasta el 14 de enero de 2008, cuando asume un cargo
en el CEN panista, para anunciar luego su reincorporación a la cámara alta. A
finales de 2009, vuelve a pedir licencia para contender por la alcaldía en Mérida
en julio de 2010, al no resultar electa, regresa a su curul. Empero, en
diciembre de 2011 vuelve a solicitar licencia, para buscar la candidatura de su
partido en Mérida. Al ser vencida por enésima vez, es probable que vuelva a su
escaño otra vez.
Total, que las legislaturas no han hecho
nada por producir más en cuanto a reformas y leyes esperadas, pero han
engendrado prácticamente a la mitad de los gobernadores actuales. Veamos.
Cinco provienen de la Cámara de Diputados: Jorge
Herrera Caldera, de Durango; Javier Duarte, de Veracruz; Rubén Moreira, de
Coahuila; Roberto Borge, de Quintana Roo, y Marco Covarrubias, de Baja
California.
Del Senado surgieron una decena de gobernadores: Gabino Cué, de Oaxaca; Carlos Lozano, de Aguascalientes; Rafael Moreno Valle, de Puebla; Ángel Aguirre, de Guerrero; Mario López Valdez, de Sinaloa; Guillermo Padrés, de Sonora; Fernando Ortega, de Campeche; José Calzada, de Querétaro; Ivonne Ortega, de Yucatán, y Leonel Godoy, de Michoacán.
El origen
Algunos expertos coinciden en que la razón
de que los legisladores salten de una cámara a otra o empleen al Legislativo
como trampolín a otro cargo público es la ausencia de la figura de la reelección.
Se advierte, entonces, que la solicitud de
licencia se vuelve necesaria ante la cultura de ilegalidad que permea la
sociedad mexicana. Esto es porque, la propia Constitución, así como las leyes
electorales estatuyen que para buscar otros cargos, es menester separarse de
otros. Sin embargo, el fenómeno del “Legislador Chapulín”, incide directamente
en el rendimiento de los legisladores.
¿Cómo repercute? Sencillo. Regularmente los legisladores titulares abandonan su puesto al final de
Posible solución
Existen coincidencias entre especialistas,
de que el punto medular para erradicar el “chapulinazo” es la reelección
consecutiva, tal y como sucede por ejemplo, en Estados Unidos o países
latinoamericanos. Aunado a esto, se puede implementar una mejor fiscalización
de recursos, mejorar la deteriorada relación con el Ejecutivo y profesionalizar
el trabajo en el interior del Congreso.
Cabe recalcar, que aunque en los últimos
15 años la fiscalización ha ido mejorando, aún queda pendiente la ejecución de
sanciones, lo que resulta fundamental para que el trabajo del Legislativo sea
creíble. Respecto a la profesionalización, hay que buscar consolidarla tanto desde
el punto de vista individual, como de los órganos, implementando herramientas
que les auxilien, como pueden ser: sistemas informativos, centros de asesoría,
base de datos, etc.