“Escribir”, una palabra, un simple verbo
quizá, pero de la cual se desprenden un sinfín de consecuencias en el esquema
de la comunicación. Y es que con el apogeo de las redes sociales, la
comunicación escrita ha venido ganando terreno a pasos agigantados, sin
embargo, es clara la falta de seriedad conque se escribe.
Muchos de ustedes dirán, que no es lo
mismo un escrito escolar o uno en la oficina (y es justo ahí donde intentan
justificar su pésima escritura), y es cierto, tienen razón. Pero, para quienes
somos unos perfeccionistas en cuestiones de la ortografía y la gramática, se
nos hace una falta de respeto a quienes respetamos las reglas mínimas de una
correcta escritura y su subsecuente redacción.
Los errores que se ven continuamente en
las redes sociales son para alarmarse y preocuparse, pero, sobre todo,
ocuparse. La escritura es un código de comunicación, constituida por signos
convencionales establecidos que representan de modo gráfico el lenguaje, mas no
sólo eso, pues existen normas que regulan la escritura: la ortografía.
No obstante, la existencia de tales reglas
no ha sido adecuadamente aprendida por la inmensa mayoría de los
hispanoparlantes. Es común encontrarse con cambiar una “q” por una “k” o una
“s” por una “z”; omitir el uso de la tilde, ya sea porque se desconocen las
reglas de acentuación o porque se tiene la errada idea de que las mayúsculas no
han de acentuarse.
Tal parece que por tratarse de redes
sociales, ideadas en un principio con la intención de abrir un espacio para la
interacción de personas, se ha soslayado el alcance que han tenido hasta ahora.
Ya no son sólo un medio para pasar un buen rato o de charlar con quienes se nos
hace imposible verlos, ahora, ya son un medio de intercambio de información, de
ideas, de conceptos, etc. Por lo cual, la correcta escritura se torna de vital
importancia para la correcta comunicación de lo que se pretende transmitir al
receptor.
La ortografía, pues, tiene la función de
garantizar y facilitar la comunicación escrita entre los usuarios de cierto
idioma, máxime si se trata del español. Y es que nuestro idioma en especial,
tiene una estrecha relación entre los grafos y la pronunciación. Por ello es
tan importante que analicemos y aprendamos correctamente la escritura y la
pronunciación. Es común hallar incluso en personas con alto grado de
preparación académica cometer crasos errores en la escritura, lo que se traduce
muchas veces, en una equivocada pronunciación.
Luego, la ortografía cobra especial
relevancia en la sociedad, pues es inherente a la escritura y como ya he dicho,
de la lectura; porque para descifrar lo escrito es necesario conocer el código
ortográfico. Conocer y dominar la ortografía es imprescindible para garantizar
la creación e interpretación adecuada de un texto escrito.
La ortografía, entonces, no es un mero
ornamento, sino una circunstancia que ha de complementar el desarrollo de un
individuo y éste pueda anclarse en una sociedad; ya que la escritura es
fundamental para el soporte del conocimiento y como elemento de comunicación.
Es así como la ortografía debe de posicionarse en un lugar esencial dentro del
ámbito del sistema educativo, puesto que es indisociable la correcta escritura
con la correcta lectura, ambos, pilares en la formación elemental de toda
persona.
El escribir con buena ortografía es pues
un bien a nivel social, porque mediante su aplicación se alcanza la expresión
máxima de la unidad lingüística escrita, posicionando al texto por encima de
las variaciones que puedan darse en el ámbito geográfico, social y situacional.
Es gracias a la ortografía que nos es posible leer los textos como si fueran de
una misma voz, sin importar la nacionalidad del autor. De esta manera se
constituye un soporte lingüístico y cultural entre países que se expresan en un
mismo idioma, facilitando las relaciones en sus diversas vertientes: social,
política y económica.
Por ello, entendamos que la adecuada
alfabetización en cuanto a ortografía se refiere, circunscribe una singular
importancia y que la misma conlleva connotaciones positivas. Y es que es la
sociedad misma la que recompensa a quienes dominan la ortografía con una buena
imagen social y también profesional. En contraparte, es también la sociedad
quien valora los errores ortográficos, sancionando a los individuos con una
ortografía deficiente que afecta la imagen del individuo que puede devenir en
una restricción en la promoción académica y profesional de aquél.
Saber escribir es en conclusión, una
herramienta útil para aprender a leer. Y saber leer incluye la correcta
pronunciación e interpretación del escrito. No se puede aspirar a mejorar
nuestro nivel académico y profesional si no somos capaces siquiera de poseer
una buena ortografía.
Culmino este texto con una cita de Pablo
Zulaica Parra, quien menciona: “Nadie va a morir de ortografía, ni de
educación. Pero la ortografía es un reflejo de la educación, y la educación
está detrás de todos los problemas. Escribir bien significa respeto al
interlocutor, a quien le estás hablando, a quien le diriges tu mensaje. La
ortografía no es la perfección, ni una falta, ni dos, ni ninguna. La
ortografía es una actitud.”