sábado, 14 de abril de 2012

EL COSTO DE LAS CAMPAÑAS


    Ya hace días que se dio el banderazo de salida a las campañas presidenciales y aunque es de antemano sabido que esto se presta para un derroche económico inverosímil, poco se sabe de cantidades concretas. Bien, pues aquí echaremos un rápido vistazo a esos números.

     Desde el primer mes del año corriente, los partidos políticos han recibido mensualmente suministros mensuales que suma en conjunto más de cinco mil millones de pesos, prácticamente mil millones más que el monto del sexenio inmediato, por concepto de financiamiento público.

     Lo trágico de esto, es que tal cifra corta de tajo uno de los objetivos planteados en la reforma constitucional de 2007, el cual consistía en volver menos onerosos los comicios. Para corroborar esto, basta con cotejar los once mil ochocientos millones de pesos que tuvo como presupuesto el IFE en el 2006, con los casi dieciséis mil millones de peso aprobados para este año.

     Aún tomando en cuenta la inflación, la cantidad resulta insultante, máxime cuando en el caso de los partidos políticos en el 2006 destinaron casi la totalidad del dinero que se les otorgó, en la compra de propaganda de radio y televisión, cosa que en este proceso comicial no es así, puesto que está prohibido, además de que disponen de tiempo del Estado para ese fin. No obstante, el presupuesto no se redujo.

     La pregunta incómoda es: ¿En qué gastan los partidos tanto dinero? La obviedad apunta a que esos recursos se destinan a las nóminas y en actos proselitistas. Y sin duda para acciones depravadoras de la democracia, y me refiero ni más ni menos que a la compra y coacción del voto. Dichas prácticas han adquirido dimensiones inconcebibles, que se habla incluso de que para financiarlas se ha entrada a recursos de procedencia ilícita.

     Por disposición constitucional, el financiamiento a los partidos políticos ha de ser mayoritariamente público y los recursos llegan a ellos por tres vías. Primero, a través de actividades ordinarias permanentes; la cantidad se fija anualmente y se obtiene multiplicando el total de ciudadanos inscritos en el padrón electoral por el 65% del salario mínimo vigente en el Distrito Federal, el 30% de esa cantidad se distribuye equitativamente a todos los partidos y el resto según el número de diputaciones federales que hayan ganado.

    
     Como segundo concepto tenemos el financiamiento para la obtención de votos, lo que conocemos como campañas. En un año como este que se elige presidente, se otorga el 50% del total que se haya obtenido en el concepto anterior, cuando sólo se eligen diputados, se reduce a un 30%. Y en el último y tercer concepto o vía, tenemos el de las actividades específicas (capacitación, educación, investigación socioeconómica y política y tareas editoriales), y este equivale a un 3% del monto por las actividades ordinarias.

     Lo anterior no requiere mayor explicación, más que hacer énfasis en la inequidad en el reparto de los recursos. Esto es, que el partido con mayor número de votos obtenido en la elección de diputados, en este caso el PRI, se lleva una gran rebanada de ese pastel llamado financiamiento público. De hecho, de entre las tres principales fuerzas políticas del país, el PAN, que es el segundo con más votos, prácticamente duplica lo que percibe el PRD que es el menos votado de los tres.

     En un sentido lógico, favorecer al partido con mayor número de votos es justo, pero ¿por qué tanta diferencia? La disparidad en el reparto del dinero deviene en pérdida de competitividad por parte del resto de las parcialidades políticas, aunque esto puede atenuarse cuando se da una alianza.

     Resulta evidente pues, que la cantidad de dinero que consume el órgano electoral como los partidos políticos es excesivo y habrá que ajustarlos a la realidad de un país cuya población que no es pobre ni vulnerable apenas es del 5.8%, en tanto que la pobreza moderada y extrema ronda el 50%.

PARTIDO
POLÍTICO
NACIONAL
ACTIVIDADES
ORDINARIAS
GASTOS DE
CAMPAÑA
ACTIVIDADES
ESPECÍFICAS

TOTAL
PRI
1 074 539 708
537 269 854
32 236 191
1 644 045 753
PAN
849 568 327
424 784 163
25 487 049
1 299 839 539
PRD
451 490 727
225 745 363
13 544 721
690 780 811
PVEM
313 014 202
156 507 101
9 390 426
478 911 729
PT
236 196 279
118 098 139
7 085 888
361 380 306
Panal
230 191 338
115 095 669
6 905 740
352 192 747
MC
206 120 257
103 060 128
6 183 607
315 363 992
TOTALES
3 361 120 838
1 680 560 417
100 833 622
5 142 514 877

* Las cantidades manejadas en la tabla son con números cerrados, por tanto, varía aunque mínimamente el resultado final.

jueves, 5 de abril de 2012

¿CAMBIAR? ¿MEJORAR?


     Los datos proporcionados en lo subsecuente fueron tomados de diversas notas publicadas en distintos diarios de circulación nacional.

     Enrique Peña Nieto trae consigo todo un séquito de seguidores, que a mí entender es más por su “carisma”, que por la capacidad como político, de la cual, aún tengo severas dudas. El apadrinado del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, está en plena campaña por la presidencia de México y ha liderado en las encuestas desde que se tuvo noción de sus aspiraciones políticas.

     Sin embargo, el hecho de que la mayoría pretenda darle su voto en las elecciones de julio, no significa que sea la mejor elección. Para obtener una perspectiva precisa de quienes se postulan a gobernar, hemos de escudriñar más allá de sus dimes y diretes, debemos observar su trayectoria a través de los resultados que nos muestran las cifras.

     El candidato priísta elabora discursos en los que continuamente aparecen cinco situaciones, que parecen ser la columna vertebral de su perorata que busca convencer a la ciudadanía de otorgarle su voto. Primero: “México tiene una democracia que no da resultados.”; segundo: “son indispensables y urgentes los cambios”; tercero: “los cambios han de encaminarse a reconstruir al Estado y volverlo eficaz”; cuarto: “la eficacia se ve condicionada por una mayoría en el Congreso”; y quinto: “la manera como un Presidente puede cumplir con un programa de gobierno es con una mayoría.”

     Esto pone de manifiesto que el señor Peña Nieto tiene la idea de revivir la figura del presidencialismo en México, y para darnos una idea sobre su modo de gobernar, revisemos y evaluemos un poco acerca de su gestión en el Estado de México.

     El ahora candidato presidencial del PRI, hizo lo que pudo para concentrar el poder en sí mismo, porque cree que sólo así se es “eficaz”. Tan es así que hace un bienio propuso que se incluyera una cláusula de gobernabilidad para que el partido que obtuviera el 35% de la preferencia electoral, llegara automáticamente a la mayoría (51%) en el Congreso local. La propuesta no tuvo éxito, no obstante el partido tricolor siempre contó con la cómoda mayoría en el legislativo estatal.

     Peña Nieto gobernó al Estado de México a placer, pues tuvo mínimos obstáculos. Los números demuestran que la gestión peñista osciló entre lo anodino y lo desastroso. Analicemos lo siguiente del sexenio de Peña Nieto en la entidad mexiquense.

Ø  Al cederle la gubernatura a Eruviel Ávila, mantenía según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, el primer sitio en automóviles hurtados.

Ø  Según la Procuraduría del Estado de México, entre 2007 y 2011, se acrecentó en un 1225% la desaparición de mujeres.

Ø  De acuerdo al Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, el Estado de México es la entidad más peligrosa por la cuantía de secuestros.

Ø  El Edomex ocupó en el 2011 el sitio 30 en el Índice de Desarrollo Democrático (Coparmex, Fundación Konrad y consultora Polilat, de Argentina)

Ø  En el 2008, el Instituto Mexicano para la Competitividad, lo ubicó en un humilde lugar 28.

Ø  Ocupa el sitio 24 en cuanto a organizaciones civiles (variable que mide la fuerza del tejido social). Comparado con el Distrito Federal que ocupa el primer lugar con 4220, el Edomex es mísero con apenas 158.

Ø  En el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo 2006-2007, tiene el lugar 18 en el Índice de Desarrollo Humano.

     El candidato priísta a la presidencia de la república gobernó con mayoría, es cierto, pero ni hizo cambios de fondo ni fue eficaz (un ninigobernante, haciendo alusión al tan afamado término “nini”).

     Soy habitante de Estado de México, y al menos en mi municipio, cuyo Presidente Municipal es también priísta, las patrullas que se supone deben recorrer las calles para proteger a la ciudadanía, casi no se ven durante el día, y en la noche llegan a verse pero muy esporádicamente.

     Debido al atraso en nuestra cultura cívica, sé que en las elecciones pesa más la compra o coacción del voto o una aparición estelar en las pantallas del televisor que la exposición de datos y cifras contundentes, así como de razones. A eso hay que adicionarle que históricamente, en el país las urnas se llenan a base de despensas, movilizaciones o intimidaciones de cualquier índole. Hasta ahora todo indica que el candidato priísta será el próximo presidente de México, y no duden ni un ápice que su gobierno emulará lo que hizo en el Estado de México.

domingo, 1 de abril de 2012

¿?


     No dudo que todos en alguna ocasión nos hemos preguntado ¿por qué las cosas en nuestro país vagan por la calle de la amargura?, y ¿por qué las vicisitudes que nos aquejan no tienen visos de solventarse?

     No obstante, de vez en cuando las respuestas se insinúan entre los hechos más normales, a pesar de que concluyamos contundentemente que nada ha de cambiar dada la obviedad. Esto, ha sido el problema. Si podemos vislumbrar soluciones dentro de la cotidianeidad, luego, significa que es dable un cambio, desde luego, siempre y cuando sepamos identificar nítidamente los puntos álgidos, las cuestiones apremiantes o comportamientos pillastres y que de modo acuciante debemos erradicar, pues es en donde se encuentra la piedra angular de nuestro fracaso como sociedad y como Estado; y si alguien a esta altura se pregunta todavía a que refiero, les digo que ni más ni menos que a la impunidad.

     México no ha pasado de ser un país en vías de desarrollo y eso se ve minimizado si no respetamos las normas que nos hemos impuesto. Empero, la cosa es peor aún, cuando la contravención a las leyes no significa nada para el protervo; pues cuando no existe sanción para quien quebrante una norma, entonces, todo es malogrado por laxo e inconsistente.

     ¿Qué podemos esperar de un país el que existen funcionarios como García Luna, quien no ha pisado jamás una prisión, a pesar de que se le levantara el telón de su teatrito, en cuyo escenario sus subordinados jugaban a ¡secuestrar secuestradores!, con el sólo afán de aparecer en la televisión?

     ¿Qué esperamos si en nuestro país se premia a personajes como Arturo Montiel con una senaduría de representación proporcional, en lugar de ser investigado por su inexplicable enriquecimiento cuando gobernó al Estado de México?

     ¿Qué se puede esperar cuando alguien como Leobardo Urbina juega a ser el lobo que pastorea ovejas, siendo a la vez el “papá pirata” de taxistas irregulares y miembro de la Comisión de Transporte en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Y que, no conforme con ello, le aflore la prepotencia, provocando un mega espectáculo con su irredenta pedantería, con tal de impedir que su taxi pirata fuera arrastrado al corralón; para que luego el partido al cual pertenece se haga de la vista gorda, dizque porque será diputado federal, y en lugar de sancionarlo, inhabilitándolo y deje de ser un mantenido de los impuestos de los ciudadanos, mientras escuda la ilegalidad como todo un desvergonzado?

     Los políticos nos dejan mínimas opciones, entre ellas, una mentada de madre cuando el descaro es inverosímil en sus actos; pues teniendo la oportunidad de promover el cambio, hacen justo lo contrario. Por supuesto, y aunque nos duela y pese, somos el país de la impunidad; aunque, por lo pronto, y gracias a quienes si cumplen con su deber, en la Ciudad de México se cuenta con un taxi pirata menos, un borracho menos al volante (esa va por el Delegado de la Magdalena Contreras). Y bien, cuántos de ustedes aún se pregunta lo que nos podemos esperar en un país como el nuestro. No sé ustedes, pero yo aún no me resigno y pienso que aún tenemos esperanza de que podemos cambiar, ¿o no?

CONFESIONES

Siempre he sido intenso, no he encontrado otra forma de hacer y ser lo que soy y quien soy. Mi corazón late en ambos sentidos de gozo y angu...