No fueron tus hermosos ojos
ni lo atrevido de sus guiños
los que me rindieron como a un niño;
tampoco el jugo dulce de tus rosados labios.
No fueron tus cabellos
ni sus afinados rizos,
mucho menos tus mejillas sonrojadas,
ni tu voz, ni tus palabras.
Fue tu alma
que se trasluce tan humana.
Fue el poder de tu llama
que pudo incendiar mi flama,
y a tus manos sujetarme
y en tus brazos inmortalizarme.
Fue eso,
fue aquello,
¡qué importa!,
si todo se resume
en que soy feliz en nuestro cautiverio.
ni lo atrevido de sus guiños
los que me rindieron como a un niño;
tampoco el jugo dulce de tus rosados labios.
No fueron tus cabellos
ni sus afinados rizos,
mucho menos tus mejillas sonrojadas,
ni tu voz, ni tus palabras.
Fue tu alma
que se trasluce tan humana.
Fue el poder de tu llama
que pudo incendiar mi flama,
y a tus manos sujetarme
y en tus brazos inmortalizarme.
Fue eso,
fue aquello,
¡qué importa!,
si todo se resume
en que soy feliz en nuestro cautiverio.
quien te viera :3 gracias por el apoyo que me haz otorgado siempre
ResponderEliminarKARINA