viernes, 26 de agosto de 2011

“POBRE DE NOSOTROS”

     El ataque perpetrado ayer por la tarde en el Casino Royale de la capital del estado de Nuevo León, es una muestra más de la degradación social, bajo la cual nos hayamos inmersos.

     Atentar contra personas cuya única culpa fue buscar un espacio para el ocio en el citado sitio, es una barbarie de la organización criminal responsable. No olvidemos, que hace un año se masacró a 72 migrantes centroamericanos (hago la comparación por el número de víctimas y no por otra cosa, pues hechos igual de recriminables han sucedido), quienes sólo pretendían mejores condiciones en su calidad de vida. Dejemos de lado nuestra mala memoria si no queremos que hechos tan lamentables como los aludidos sigan acaeciendo, ya no sólo anualmente, sino que se vuelvan tan frecuentes, a grado tal de “acostumbrarnos” a ellos, encabezando los medios informativos.

     Desdeñemos los prejuicios de que los únicos responsables de mantener el orden son quienes fungen como autoridades. La realidad nos indica que tanto servidores y funcionarios públicos, así como a la población en general, somos quienes integramos a la sociedad. Así pues, la labor de restablecer el orden en el tejido social, nos concierne a todos y no a unos cuantos.

     Innegable es el hecho de que se está ante un Estado fallido en cuanto a sostener un real estado de derecho, mas la responsabilidad es conjunta, y para esto último, me apoyo en el refrán que dice: “Tan culpable es quien mata a la vaca, como quien le agarra la pata.” Pues si soslayamos que son los individuos, quienes en su afán de alcanzar una vida más llevadera económicamente hablando, se conducen sin escrúpulos y toman el camino fácil, romper las reglas, haciendo a un lado el respeto a la integridad física, a la salud, a la propiedad, a los derechos, etc., de los congéneres.

     Aunado a los sujetos que se dedican a actividades ilícitas, tenemos a quienes con su reprobable conducta, son consumidores, lo que hace de la actividad de las organizaciones delictivas un negocio redondo.

     Son muchas aristas que trae consigo abordar el tema del narcotráfico, y abarcarlo desde una sola perspectiva es erróneo, pero si nos quedamos en buenas intenciones, jamás, vislumbraríamos ni remotamente una solución. El emprender acciones en conjunto para salir de este abismo, es la opción que nos queda.

     Albert Einstein comentó lo siguiente: “El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.” Luego, si seguimos quejándonos sin aportar soluciones, manteniéndonos en la pasividad de la no actuación, entonces sí, “pobre de nosotros”.

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